MARGUILÁN, VALLE DE FERGANA

MARGUILÁN

MARGUILÁN

La capital de la seda del Oriente se encuentra a 15 kilómetros al norte de Ferganá. La población es de cerca de 200 mil personas. Las primeras noticias sobre la ciudad datan al siglo X, pero la ciudad tiene más de 2000 años. Las investigaciones arqueológicas demuestran que en este lugar ya había una agricultura irrigada, el oasis, en el siglo XIII antes de Cristo. El nombre de la ciudad supuestamente está vinculado con el nombre de Alejandro Magno, y la leyenda local dice que el origen del nombre de Marguilán proviene de la palabra «murginon» — el pollo y el pan, con el que, según la leyenda, los ciudadanos agasajaron al conquistador.

La historia: los monumentos de Marguilán

Los historiadores tienen otra teoría – la de que la palabra «murg» significa en la antigua lengua sogdiana “hierba forrajera”. Teniendo en cuenta que en el lugar de la ciudad en los tiempos antiguos estaba el oasis, si se hace una traducción, significaría «el prado de hierba». Además en el tayiko, hasta ahora, se ha conservado el significado de «marg» - algo parecido a la traducción de “la parcela de tierra”, por lo que si tomáramos en cuenta que Alejandro Magno nunca llegó a Ferganá, la gloria que posee el pueblo de Marguilán, de ser un pueblo extremadamente astuto y alegre, se confirmaría esta última teoría. En el valle de Ferganá hasta el día de hoy, existe un proverbio cuya traducción libre dice: «El de Marguilán, te llevará hasta el agua, y te convencerá de que eso no es agua».

En esta ciudad laboriosa hasta el momento no existe ningún patio que no posea algún tipo de oficio. Los monumentos de Marguilán son sus calles, ya que es la ciudad de los artesanos y de los científicos. Además, la ciudad se encontraba sobre la Gran Ruta de la Seda, y la seda que se fabricaba allí tenía fama en todo el mundo. La seda de Marguilán se llevaba a Irán, Egipto, Grecia y Europa. En la tela de seda arropaban a los enfermos, para su curación, y a las europeas seguidoras de la moda de seda, les salvaban de los parásitos que molestaban en aquel tiempo tanto a los ricos como a los pobres. Margilán era la ciudad  dónde siempre hubo lugar para el comercio, además de la seda y además aquí se podían comprar admirables caballos y artículos de joyería.

El complejo de la seda de Marguilán se construyó en 1927 y la producción de seda de esta fábrica hasta el día de hoy, se hace a mano, comenzando con el desenrollamiento del capullo de seda y acabando con la tejeduría. Tiñen las telas con colorantes naturales, como por ejemplo, utilizan la corteza de la cebolla, el índigo, la corteza de la granada, la nuez, las hierbas y las raíces de las plantas. La maquinaría de la fábrica tiene más de 80 años, y su fabricado representan la imagen y semejanza de esta antigua labor. En muchos países del mundo, es famoso el llamado "Atlaschilik" del maestro Turgunboy Mirzaajmedov. Incluso al día de hoy, usan sus croquis y los dibujos en la coloración de las telas de seda. Todavía, en el patio de su casa, su viuda y sus hijos trabajan con equipos antiguos, y además está el museo del maestro, en el que se encuentran bocetos únicos dibujados con un bolígrafo y muestras de tela. Precisamente aquí es dónde se prepara el trabajoso pero hermoso terciopelo Alo-bajmal, - la tela tupida de seda lanuda, que se usa para coser la ropa de gala.

Las guerras internas y las invasiones extranjeras no han perdonado a gran parte de la arquitectura de la ciudad, sin embargo, nos impresiona también como se restauró todo aquello que se salvó. El complejo de Pir Siddik se construyó a mediados de siglo XVIII y el mausoleo de Jodzha Magiz, se construyó en la primera mitad del siglo XVIII. Esta construcción podría colocarse en la lista de los mejores edificios conmemorativos de Marguilán. La mezquita de Chaqar fue construida en el lugar del edificio viejo de culto que llegó a destruirse, del cual solo se conservaron las columnas de la terraza. La madraza de Said el Ajmad-jodzha fue construida a finales del siglo XIX. En el patio de la madraza se hizo la mezquita, una de las pocas del valle de Ferganá, donde el techo de la terraza y la sala están completamente ornamentados. La mezquita del Toron-bazar fue construida a finales del siglo XIX.